Tras 15 años de carrera Rubén Zamora
encontró su lugar con la serie de SONY/TELEVISA, LOS SIMULADORES
Nacido en Navarra, se ha radicado en México, donde le espera la tercera temporada de la serie
“Cuando entro a un proyecto no quiero salir de él siendo el mismo actor”, dice de entrada Rubén Zamora, y es que años de intenso aprendizaje y búsqueda apuntalan esta filosofía; desde un principio cuando reconoció que era un pésimo actor y se propuso dejar de serlo, hasta ahora, en pleno despunte de su carrera actoral.
Tras interpretar al honesto, sensible y eficiente investigador Gabriel Medina en LOS SIMULADORES, la serie argentina en su versión mexicana, la vida de Rubén Zamora ha cambiado. En el reconocimiento que le ha valido dicho trabajo se consolidan muchos años de crecimiento constante, de búsqueda y de formación intensa desde que comenzó sus clases de actuación en España.
Ahora, no sólo se prepara para la tercera temporada de esta serie televisiva, sino que los proyectos son cada vez más enriquecedores y el tiene mayor margen para elegir lo que hace.
“Yo era muy mal actor cuando empecé, pero muy mal actor. Cuando le dije a mi maestra de interpretación en donde estudiaba, que me iba a Madrid, me dijo ´¿y a qué vas, si eres una m… de actor?´. Y... es que, sí: era sobreactuado, no sabía hablar ni caminar en un escenario o frente a una cámara pero tenía mucha pasión, mucha tenacidad así que dije “lo voy a conseguir, si me cuesta el triple o diez veces más, si me lleva toda la vida, no importa”.
“Mucho tiempo agradecí no haber nacido con talento y haber trabajado tanto para prepararme: lo he visto en muchos compañeros que se confían en su “talento” y no progresan mientras que los que trabajamos nos vamos haciendo más talentosos a través de la experiencia. Lo mío fue estudiar, estar en obras , en cortos, comerciales,… aprender, un continuo aprendizaje”, reflexiona el actor.
Este artista empezó a estudiar actuación a los 19 años de edad, “por pura corazonada” en la Escuela Navarra de Teatro. Fue en el proceso de formación donde logró recordar que entre los 6 y los 13 años de edad había hecho todo lo que de teatro se había montado en su pueblo natal sin en ese momento tomarlo como vocación, simplemente como divertimento.
La actuación lo ha llevado de la mano a diferentes latitudes: a dos años de estudio en Navarra se fue a probar suerte a Madrid, luego la abandonó para venir a México y grabar en 4 años más de cien anuncios comerciales; dos años después se fue a Argentina donde, además, tomó clases con varios de los mejores maestros del país como Juan Carlos Gené y Augusto Fernandes.
México lo volvió a llamar y justo cuando se había encaminado su futuro hacia Australia, China e India, llegó la posibilidad de participar en Los Simuladores:
“No quería hacer el casting, tenía el boleto, la maleta, dos semanas después me iba. Total que hice la prueba y ese mismo día por la noche me felicitaron comenzando al día siguiente. Me quedé: pospuse el viaje para julio, para cuando terminara la serie, pero en julio me casé y me quedé a formar mi familia y mi carrera aquí, , Australia, China y la India pueden esperar”, dice el actor.
Rubén Zamora participó en proyectos como RECIÉN CASADO, 7 DÍAS, MELTED HEARTS, ZEVIATHAN, MACBETH, TODOS LOS DÍAS SON TUYOS, CAPADOCIA II, SOY TU FAN, GRITOS DE MUERTE Y LIBERTAD entre otros, pero ha sido su interpretación de Medina, de LOS SIMULADORES la que por fin coloca a este actor en un mejor sitio en el panorama actoral de nuestro país.
“A partir de ello –dice-- me es más fácil acceder a pruebas; antes era muy difícil, a no ser que conociera a alguien o le cayera muy bien para que me permitieran hacer el casting de un buen proyecto. Ahora levanto el teléfono y me dan entrada al casting mucho más facilmente.
“Yo no pido que me regalen el trabajo, yo me lo consigo, nada más regálame la posibilidad de acceder al trabajo, dame el casting, si me lo consigo o no es mi problema. Creo que he encontrado el primer peldaño de la escalera, después de 12 años de estar buscándola, y ahora tengo muy claro que debo subir escalón por escalón”.
Así como LOS SIMULADORES le ha brindado madurez actoral, Rubén narra que también le ha impuesto otro tipo de pruebas: “tuve que trabajar para que no me moviera el tapete la fama y aún así tambalee. En algún momento me dije ‘Rubén, has llevado las cosas a tu manera hasta ahora, no te dejes apantallar, los demás actores tienen sus proceso y no tiene por que ser el tuyo; tu camino ha sido el trabajo debes seguir así lo demás viene solo’.
“Pagué derecho de piso como español, como actor de comerciales. He vivido en carne propia que te encasillen. No ha sido fácil, no era mi país, no es mi acento, mi idiosincrasia, pero mi meta es crecer, es parte de mi necedad, tengo que crecer siempre”.
“Y mi meta consiste en conseguir respeto y prestigio a través de mi trabajo para que nunca me falte en el futuro. La actuación es mi pasión y quiero morirme siendo actor. Siempre, mi sueño, ha sido poder llegar a elegir entre muchos guiones el que más me guste, poder elegir mi trabajo. Eso empieza a suceder ya”, apunta.
encontró su lugar con la serie de SONY/TELEVISA, LOS SIMULADORES
Nacido en Navarra, se ha radicado en México, donde le espera la tercera temporada de la serie
“Cuando entro a un proyecto no quiero salir de él siendo el mismo actor”, dice de entrada Rubén Zamora, y es que años de intenso aprendizaje y búsqueda apuntalan esta filosofía; desde un principio cuando reconoció que era un pésimo actor y se propuso dejar de serlo, hasta ahora, en pleno despunte de su carrera actoral.
Tras interpretar al honesto, sensible y eficiente investigador Gabriel Medina en LOS SIMULADORES, la serie argentina en su versión mexicana, la vida de Rubén Zamora ha cambiado. En el reconocimiento que le ha valido dicho trabajo se consolidan muchos años de crecimiento constante, de búsqueda y de formación intensa desde que comenzó sus clases de actuación en España.
Ahora, no sólo se prepara para la tercera temporada de esta serie televisiva, sino que los proyectos son cada vez más enriquecedores y el tiene mayor margen para elegir lo que hace.
“Yo era muy mal actor cuando empecé, pero muy mal actor. Cuando le dije a mi maestra de interpretación en donde estudiaba, que me iba a Madrid, me dijo ´¿y a qué vas, si eres una m… de actor?´. Y... es que, sí: era sobreactuado, no sabía hablar ni caminar en un escenario o frente a una cámara pero tenía mucha pasión, mucha tenacidad así que dije “lo voy a conseguir, si me cuesta el triple o diez veces más, si me lleva toda la vida, no importa”.
“Mucho tiempo agradecí no haber nacido con talento y haber trabajado tanto para prepararme: lo he visto en muchos compañeros que se confían en su “talento” y no progresan mientras que los que trabajamos nos vamos haciendo más talentosos a través de la experiencia. Lo mío fue estudiar, estar en obras , en cortos, comerciales,… aprender, un continuo aprendizaje”, reflexiona el actor.
Este artista empezó a estudiar actuación a los 19 años de edad, “por pura corazonada” en la Escuela Navarra de Teatro. Fue en el proceso de formación donde logró recordar que entre los 6 y los 13 años de edad había hecho todo lo que de teatro se había montado en su pueblo natal sin en ese momento tomarlo como vocación, simplemente como divertimento.
La actuación lo ha llevado de la mano a diferentes latitudes: a dos años de estudio en Navarra se fue a probar suerte a Madrid, luego la abandonó para venir a México y grabar en 4 años más de cien anuncios comerciales; dos años después se fue a Argentina donde, además, tomó clases con varios de los mejores maestros del país como Juan Carlos Gené y Augusto Fernandes.
México lo volvió a llamar y justo cuando se había encaminado su futuro hacia Australia, China e India, llegó la posibilidad de participar en Los Simuladores:
“No quería hacer el casting, tenía el boleto, la maleta, dos semanas después me iba. Total que hice la prueba y ese mismo día por la noche me felicitaron comenzando al día siguiente. Me quedé: pospuse el viaje para julio, para cuando terminara la serie, pero en julio me casé y me quedé a formar mi familia y mi carrera aquí, , Australia, China y la India pueden esperar”, dice el actor.
Rubén Zamora participó en proyectos como RECIÉN CASADO, 7 DÍAS, MELTED HEARTS, ZEVIATHAN, MACBETH, TODOS LOS DÍAS SON TUYOS, CAPADOCIA II, SOY TU FAN, GRITOS DE MUERTE Y LIBERTAD entre otros, pero ha sido su interpretación de Medina, de LOS SIMULADORES la que por fin coloca a este actor en un mejor sitio en el panorama actoral de nuestro país.
“A partir de ello –dice-- me es más fácil acceder a pruebas; antes era muy difícil, a no ser que conociera a alguien o le cayera muy bien para que me permitieran hacer el casting de un buen proyecto. Ahora levanto el teléfono y me dan entrada al casting mucho más facilmente.
“Yo no pido que me regalen el trabajo, yo me lo consigo, nada más regálame la posibilidad de acceder al trabajo, dame el casting, si me lo consigo o no es mi problema. Creo que he encontrado el primer peldaño de la escalera, después de 12 años de estar buscándola, y ahora tengo muy claro que debo subir escalón por escalón”.
Así como LOS SIMULADORES le ha brindado madurez actoral, Rubén narra que también le ha impuesto otro tipo de pruebas: “tuve que trabajar para que no me moviera el tapete la fama y aún así tambalee. En algún momento me dije ‘Rubén, has llevado las cosas a tu manera hasta ahora, no te dejes apantallar, los demás actores tienen sus proceso y no tiene por que ser el tuyo; tu camino ha sido el trabajo debes seguir así lo demás viene solo’.
“Pagué derecho de piso como español, como actor de comerciales. He vivido en carne propia que te encasillen. No ha sido fácil, no era mi país, no es mi acento, mi idiosincrasia, pero mi meta es crecer, es parte de mi necedad, tengo que crecer siempre”.
“Y mi meta consiste en conseguir respeto y prestigio a través de mi trabajo para que nunca me falte en el futuro. La actuación es mi pasión y quiero morirme siendo actor. Siempre, mi sueño, ha sido poder llegar a elegir entre muchos guiones el que más me guste, poder elegir mi trabajo. Eso empieza a suceder ya”, apunta.