El Atentado
Expediente del atentado es la más sorpresiva y veloz de las novelas de Uribe (Ciudad de México, 1953), sugiere estas preguntas a la vez que agrega al concepto de thriller, que parecía agotado, una prosa impecable y una narración inclemente.
La mañana del 16 de Septiembre de 1897 Arnulfo Arroyo, un joven pasante de Derecho, ebrio, sucio y desarrapado se dispone a cumplir la apuesta que hizo en la madrugada con un personaje con quien pasó toda la noche bebiendo en un bar del centro de la Ciudad de México. En otra mesa, un tercer personaje los observa.
En medio del desfile de Independencia, Arroyo toma una piedra y atraviesa la valla de soldados para lanzarse con rabia contra el General Porfirio Diaz y así cumplir su apuesta anque, en el último momento deja caer la piedra y apenas atina a darle un golpe con el puño en la nuca, al tiempo que grita con voz apagada: 'Muera el dictador'.
En ese momento, Arroyo es inmovilizado y apresado por los militares quienes evitan que un mecapalero furioso vengue la afrenta sufrida por el Jefe de la Nación acuchillándolo. El Presidente Díaz ordena que no se toque al desafecto porque pertenece a la Justicia.
Ante los acontecimientos, el Licenciado Eduardo Velázquez, Inspector General de Policía y su subordinado, Antonio Villavicencio, instigadores del complot, no saben qué hacer con Arroyo. En la visita que Velázquez hace a Díaz, éste le reitera frente a todos los ministros de su gabinete que debe ser la justicia la que decida la suerte del acusado y que, a toda costa, debe preservar su vida, para que no se piense que el gobierno oculta la verdad.
Velázquez y Villavicencio planean el asesinato de Arroyo, quien se encuentra amarrado, embozado e incomunicado en un departamento anexo a las oficinas del propio Jefe de Policía simulando un linchamiento popular.
El escritor y diplomático F.g. antiguo amigo de Arroyo y de Velázquez, sigue con atención los acontecimientos y teme que pueda salir a la luz pública la relación íntima y clandestina que sostiene con la joven y bella viuda Cordelia Godoy, amiga también del acusado y prometida de Velázquez.
En la madrugada Velázquez y Villavicencio reúnen a siete de sus hombres de confianza para llegar al anexo donde se encuentra recluido Arroyo y asesinarlo cruelmente a cuchilladas, mientras corean: 'Viva, el Presidente Diaz'. A la mañana siguiente, Díaz ordena el cese inmediato y el encarcelamiento de Velázquez, ante el asombro y la preocupación de su mentor, el Secretario de Gobernación.
Al saberse acorralado y, no sin antes asumir la total responsabilidad por los hechos, Velázquez se quita la vida.
Después del suicidio de Velázquez, Villavicencio y sus esbirros rinden su declaración ante el Juez correspondiente, modificando algunos detalles según su conveniencia y reiterando que siempre actuaron bajo las órdenes del inspector General de Policia.
En una primera instancia diez de los implicados son sentenciados a sufrir la pena capital pero, un tiempo después, a partir de una sentencia que adquiere proporciones de farsa, todos son exculpados y puestos en inmediata libertar.
Finalmente el escritor F.G. quien ha elaborado un expediente del atentado con la intención de escribir una novela, siguiendo el estilo de sus maestros naturalistas, renuncia a hacerlo para no perturbar a 'Los de arriba' y no poner en peligro tanto su carrera diplomática como su trayectoria literaria.
Director - Jorge Fons
Productora - Mónica Lozano Serrano.
Guionista - Vicente Leñero
Fotografía - Guillermo Granillo
Guionista - Fernando León
Talento:
Daniel Giménez Cacho (Federico Gamboa)
Jose María Yázpik (Arnulfo Arroyo)
Julio Bracho (Eduardo Velázquez)
Arturo Beristáin (Porfirio Díaz)
Irene Azuela (Cordelia Godoy)
Salvador Sánchez (Antonio Villavicencio)
Mario Zaragoza (Genovevo)
María Rojo (Madre de Arnulfo)
Angélica Aragón (Tía Avelina)
Iazua Larios (Tencha)
Expediente del atentado es la más sorpresiva y veloz de las novelas de Uribe (Ciudad de México, 1953), sugiere estas preguntas a la vez que agrega al concepto de thriller, que parecía agotado, una prosa impecable y una narración inclemente.
La mañana del 16 de Septiembre de 1897 Arnulfo Arroyo, un joven pasante de Derecho, ebrio, sucio y desarrapado se dispone a cumplir la apuesta que hizo en la madrugada con un personaje con quien pasó toda la noche bebiendo en un bar del centro de la Ciudad de México. En otra mesa, un tercer personaje los observa.
En medio del desfile de Independencia, Arroyo toma una piedra y atraviesa la valla de soldados para lanzarse con rabia contra el General Porfirio Diaz y así cumplir su apuesta anque, en el último momento deja caer la piedra y apenas atina a darle un golpe con el puño en la nuca, al tiempo que grita con voz apagada: 'Muera el dictador'.
En ese momento, Arroyo es inmovilizado y apresado por los militares quienes evitan que un mecapalero furioso vengue la afrenta sufrida por el Jefe de la Nación acuchillándolo. El Presidente Díaz ordena que no se toque al desafecto porque pertenece a la Justicia.
Ante los acontecimientos, el Licenciado Eduardo Velázquez, Inspector General de Policía y su subordinado, Antonio Villavicencio, instigadores del complot, no saben qué hacer con Arroyo. En la visita que Velázquez hace a Díaz, éste le reitera frente a todos los ministros de su gabinete que debe ser la justicia la que decida la suerte del acusado y que, a toda costa, debe preservar su vida, para que no se piense que el gobierno oculta la verdad.
Velázquez y Villavicencio planean el asesinato de Arroyo, quien se encuentra amarrado, embozado e incomunicado en un departamento anexo a las oficinas del propio Jefe de Policía simulando un linchamiento popular.
El escritor y diplomático F.g. antiguo amigo de Arroyo y de Velázquez, sigue con atención los acontecimientos y teme que pueda salir a la luz pública la relación íntima y clandestina que sostiene con la joven y bella viuda Cordelia Godoy, amiga también del acusado y prometida de Velázquez.
En la madrugada Velázquez y Villavicencio reúnen a siete de sus hombres de confianza para llegar al anexo donde se encuentra recluido Arroyo y asesinarlo cruelmente a cuchilladas, mientras corean: 'Viva, el Presidente Diaz'. A la mañana siguiente, Díaz ordena el cese inmediato y el encarcelamiento de Velázquez, ante el asombro y la preocupación de su mentor, el Secretario de Gobernación.
Al saberse acorralado y, no sin antes asumir la total responsabilidad por los hechos, Velázquez se quita la vida.
Después del suicidio de Velázquez, Villavicencio y sus esbirros rinden su declaración ante el Juez correspondiente, modificando algunos detalles según su conveniencia y reiterando que siempre actuaron bajo las órdenes del inspector General de Policia.
En una primera instancia diez de los implicados son sentenciados a sufrir la pena capital pero, un tiempo después, a partir de una sentencia que adquiere proporciones de farsa, todos son exculpados y puestos en inmediata libertar.
Finalmente el escritor F.G. quien ha elaborado un expediente del atentado con la intención de escribir una novela, siguiendo el estilo de sus maestros naturalistas, renuncia a hacerlo para no perturbar a 'Los de arriba' y no poner en peligro tanto su carrera diplomática como su trayectoria literaria.
Director - Jorge Fons
Productora - Mónica Lozano Serrano.
Guionista - Vicente Leñero
Fotografía - Guillermo Granillo
Guionista - Fernando León
Talento:
Daniel Giménez Cacho (Federico Gamboa)
Jose María Yázpik (Arnulfo Arroyo)
Julio Bracho (Eduardo Velázquez)
Arturo Beristáin (Porfirio Díaz)
Irene Azuela (Cordelia Godoy)
Salvador Sánchez (Antonio Villavicencio)
Mario Zaragoza (Genovevo)
María Rojo (Madre de Arnulfo)
Angélica Aragón (Tía Avelina)
Iazua Larios (Tencha)