Sin parar de trabajar en tv, Altair Jarabo se prepara para el siguiente paso:
producir cine; ya filmó Gaia, cortometraje de ciencia ficción escrito por su padre
* Una carrera que empezó como juego a los 7 años con El Peñón del amaranto
* Prepara largas vacaciones, y espera integrarse a proyecto teatral en breve
Todo comenzó como un juego, cuando ella tenía 7 años; ahora Altair Jarabo es uno de los rostros reconocidos en televisión por su belleza, sí, pero también por su capacidad histriónica que la ha llevado a interpretar personajes de todos los perfiles y matices.
“Yo no tenía pensado ser actriz –rememora--, yo iba muy mal en la escuela y quería montar caballo, cosa que era muy caro obviamente. Mis papás no me iban a premiar por hacer las cosas mal en la escuela, entonces a manera de enseñanza me dijeron: ‘si no te esfuerzas aquí, esfuérzate en otro lado, tienes que entender que las cosas en la vida cuestan’.
“Entonces, ¿cómo puedo hacer para empezar mi curso de equitación? Pues entré a una telenovela que mis papás escribieron: El peñón del amaranto. Suena a que mis papás me empujaron a eso, pero más bien estaban desesperados por enseñarme el costo de la vida y de las cosas. Y lo aprendí”.
La anécdota es precisa para mostrar el inicio de una trayectoria, pero también para conocer a esta mujer que se define como una persona no tímida, pero sí reservada y muy seria, a ello se añade que es segura de sí misma con una fuerza férrea poco común; cuando habla, no baja la mirada, siempre mira los ojos de su interlocutor, sabe lo que quiere y se nota la estructura emocional proporcionada por su familia, aspecto que dice, es el más importante de su vida.
Aquél momento, fue muy especial en la televisión mexicana y para la vida de Altair, la familia integrada por sus padres y su hermana --quien paradójicamente sí quería ser actriz y no lo es ahora—se fueron a vivir a Veracruz, donde se grababa la telenovela.
“Fue hasta mis 15 ó 16 años que empecé en forma, me seguía muriendo de la pena. Llegó una de estas amistades de mis papás y me súper recomendó para un casting que necesitaban en Azteca para Disney Club, cosa que iba completamente en contra de mi personalidad, de mi carácter.
“Pero fue otra experiencia, sí sufrí un poco, me lo tomé como prueba, entré, lo hacía re mal, era aguadísima, aburrida y le dije mamá ‘me quiero ir de aquí no tengo por qué hacer esto’. Me dijo: ‘en efecto, no tienes por qué hacer esto, pero si tú lo dejas ahora te vas a ir derrotada para siempre’. Y tenía razón. Le eché ganas 2 meses más, mejoré muchísimo, al grado que me gustó y en ese programa me volví muy buena y estuve 2 años y cumplió su ciclo”, afirma.
Después hizo dos telenovelas: Súbete a mi moto y Un nuevo amor. Cuenta que entonces “se me abrió la puerta por ahí y era el momento en el que tenía que decidir qué iba a ser para siempre, que si iba a estudiar ciencias sociales, y pensé que si me preparaba me podría ir bien y me metí al CEA de Televisa”.
Por su temperamento, la preparación fue otra vez un poco difícil para ella, “yo veía ejercicios actorales que me daban una pena horrible y que consideraba, a lo mejor, innecesarios. Tal vez es que soy más racional y prefiero estudiar cómo se comportaría una persona en una situación pero, bueno, cada quien estudia su método y su modo, porque además me dio mucha práctica, también tuve muchas oportunidades, mucha suerte de empezar a atrabajar y no parar”.
Hoy Altair ha participado telenovelas como Inocente de Ti, telenovela que grabó en Miami, a dónde se fue a vivir con su madre, pero después se quedó sola, forjando su carácter independiente y fuerte. También hizo El amor no Tiene Precio, Código Postal, donde interpretó a la famosa Afrodita.
En 2007 formó parte del elenco de Lola, Érase una vez, Al Diablo con los Guapos y posteriomente participa en su primer proyecto cinematográfico: Me Importas Tú... y Tú, trabajo por el que recibió una Diosa de plata el año pasado.
Luego vinieron sus más recientes trabajos donde ya se ve a una actriz más madura, por ejemplo con el personaje de Romina, la villana de la telenovela En Nombre del Amor, y el personaje antagónico de la telenovela Mi Pecado, y después vino Llena de Amor, cuyas grabaciones terminaron recientemente.
En teatro participó en el montaje Los 39 Escalones, y espera este 2011 concretar una oferta para regresar a los escenarios teatrales y, más tarde, cuando sea el momento empezará su carrera como productora en el que ya tiene sus pininos.
Ahora revisa la postproducción de un proyecto cinematográfico que ha costado mucho dinero, tiempo y esfuerzo, porque se trata de un corto de ciencia-ficción: Gaia, que le dirigió Nacho Andrade, en el que participaron Ricardo Margaleff y Andrés Zuno, que ella produjo. “Fue una experiencia muy bonita. Mi papá estuvo metidísimo al escribir, en crear ciencia-ficción y efectos especiales”, señala.
Finalmente, la actriz asegura que el que sus papás sean escritores de telenovelas no le ha ayudado, como comúnmente se dice, como palancas para facilitarle su trayectoria como actriz.
Luego de concluir las grabaciones de la telenovela Llena de amor, Altair Jarabo se dispone a tomarse unas largas vacaciones y regresar a analizar diversas propuestas de trabajo en teatro.
producir cine; ya filmó Gaia, cortometraje de ciencia ficción escrito por su padre
* Una carrera que empezó como juego a los 7 años con El Peñón del amaranto
* Prepara largas vacaciones, y espera integrarse a proyecto teatral en breve
Todo comenzó como un juego, cuando ella tenía 7 años; ahora Altair Jarabo es uno de los rostros reconocidos en televisión por su belleza, sí, pero también por su capacidad histriónica que la ha llevado a interpretar personajes de todos los perfiles y matices.
“Yo no tenía pensado ser actriz –rememora--, yo iba muy mal en la escuela y quería montar caballo, cosa que era muy caro obviamente. Mis papás no me iban a premiar por hacer las cosas mal en la escuela, entonces a manera de enseñanza me dijeron: ‘si no te esfuerzas aquí, esfuérzate en otro lado, tienes que entender que las cosas en la vida cuestan’.
“Entonces, ¿cómo puedo hacer para empezar mi curso de equitación? Pues entré a una telenovela que mis papás escribieron: El peñón del amaranto. Suena a que mis papás me empujaron a eso, pero más bien estaban desesperados por enseñarme el costo de la vida y de las cosas. Y lo aprendí”.
La anécdota es precisa para mostrar el inicio de una trayectoria, pero también para conocer a esta mujer que se define como una persona no tímida, pero sí reservada y muy seria, a ello se añade que es segura de sí misma con una fuerza férrea poco común; cuando habla, no baja la mirada, siempre mira los ojos de su interlocutor, sabe lo que quiere y se nota la estructura emocional proporcionada por su familia, aspecto que dice, es el más importante de su vida.
Aquél momento, fue muy especial en la televisión mexicana y para la vida de Altair, la familia integrada por sus padres y su hermana --quien paradójicamente sí quería ser actriz y no lo es ahora—se fueron a vivir a Veracruz, donde se grababa la telenovela.
“Fue hasta mis 15 ó 16 años que empecé en forma, me seguía muriendo de la pena. Llegó una de estas amistades de mis papás y me súper recomendó para un casting que necesitaban en Azteca para Disney Club, cosa que iba completamente en contra de mi personalidad, de mi carácter.
“Pero fue otra experiencia, sí sufrí un poco, me lo tomé como prueba, entré, lo hacía re mal, era aguadísima, aburrida y le dije mamá ‘me quiero ir de aquí no tengo por qué hacer esto’. Me dijo: ‘en efecto, no tienes por qué hacer esto, pero si tú lo dejas ahora te vas a ir derrotada para siempre’. Y tenía razón. Le eché ganas 2 meses más, mejoré muchísimo, al grado que me gustó y en ese programa me volví muy buena y estuve 2 años y cumplió su ciclo”, afirma.
Después hizo dos telenovelas: Súbete a mi moto y Un nuevo amor. Cuenta que entonces “se me abrió la puerta por ahí y era el momento en el que tenía que decidir qué iba a ser para siempre, que si iba a estudiar ciencias sociales, y pensé que si me preparaba me podría ir bien y me metí al CEA de Televisa”.
Por su temperamento, la preparación fue otra vez un poco difícil para ella, “yo veía ejercicios actorales que me daban una pena horrible y que consideraba, a lo mejor, innecesarios. Tal vez es que soy más racional y prefiero estudiar cómo se comportaría una persona en una situación pero, bueno, cada quien estudia su método y su modo, porque además me dio mucha práctica, también tuve muchas oportunidades, mucha suerte de empezar a atrabajar y no parar”.
Hoy Altair ha participado telenovelas como Inocente de Ti, telenovela que grabó en Miami, a dónde se fue a vivir con su madre, pero después se quedó sola, forjando su carácter independiente y fuerte. También hizo El amor no Tiene Precio, Código Postal, donde interpretó a la famosa Afrodita.
En 2007 formó parte del elenco de Lola, Érase una vez, Al Diablo con los Guapos y posteriomente participa en su primer proyecto cinematográfico: Me Importas Tú... y Tú, trabajo por el que recibió una Diosa de plata el año pasado.
Luego vinieron sus más recientes trabajos donde ya se ve a una actriz más madura, por ejemplo con el personaje de Romina, la villana de la telenovela En Nombre del Amor, y el personaje antagónico de la telenovela Mi Pecado, y después vino Llena de Amor, cuyas grabaciones terminaron recientemente.
En teatro participó en el montaje Los 39 Escalones, y espera este 2011 concretar una oferta para regresar a los escenarios teatrales y, más tarde, cuando sea el momento empezará su carrera como productora en el que ya tiene sus pininos.
Ahora revisa la postproducción de un proyecto cinematográfico que ha costado mucho dinero, tiempo y esfuerzo, porque se trata de un corto de ciencia-ficción: Gaia, que le dirigió Nacho Andrade, en el que participaron Ricardo Margaleff y Andrés Zuno, que ella produjo. “Fue una experiencia muy bonita. Mi papá estuvo metidísimo al escribir, en crear ciencia-ficción y efectos especiales”, señala.
Finalmente, la actriz asegura que el que sus papás sean escritores de telenovelas no le ha ayudado, como comúnmente se dice, como palancas para facilitarle su trayectoria como actriz.
Luego de concluir las grabaciones de la telenovela Llena de amor, Altair Jarabo se dispone a tomarse unas largas vacaciones y regresar a analizar diversas propuestas de trabajo en teatro.