Cine internacional con Canacucho, Cristiada y Pobres divas (From Prada to Nada), hacen de la carrera de Luis Rosales un ejemplo en la industria fílmica
El actor cumple diez años con proyectos en televisión y teatro, además de estrenos en cine
El Greco y La Revolución, entre sus proyectos de series para televisa
Ahora lo recuerda con mucha gracia, pero su ser más profundo se cimbra porque, en efecto, él es lo que se conoce como un hombre tenaz y sin límites. Qué más da hacer limpieza en casas gringas que actuar en un vagón del metro, si de lo que se trata es llegar a la meta: convertirse en actor.
Luis Rosales empezó su carrera a los 15 años en su natal Tijuana, los siguientes cinco años trabajó con los más renombrados personajes del teatro de aquella ciudad como Ángel Norzagaray, Elba Cortez y y Edward Coward, además de estudiar Danza y teatro en San Diego.
Se recuerda a sí mismo como un niño muy serio, en una constante búsqueda de la forma de expresión idónea, entre la música a la que se dedica su padre o la danza a la que se dedicó su madre. El hecho es que el talento hacía su llamado, estando de vacaciones en la Ciudad de México recibió una beca de su estado y aunque regresó a su casa, solamente lo hizo para recoger más ropa y una maleta más grande.
De ahí para acá todo ha sido trabajo, intenso y mucho aprendizaje. “Desde que descubrí el teatro en mi etapa de secundaria, me dije que eso era lo mío, empecé a hacerlo y desde entonces fue muy en serio, era una cosa muy en seria en mi vida, con mucha disciplina, con mucha ética, siempre pretendiendo ser muy profesional”, dice Luis.
Desde aquel debut hasta ahora han pasado 10 años y “me doy cuenta –reflexiona-- que todas las metas y los propósitos que me hice al venir aquí, los he logrado, eso me llena de orgullo. A lo mejor mi nombre no resuena pero lo he logrado en trabajos de compañías de danza, de compañías de teatro y más recientemente en cine, que tanto quería hacer.
“Voy en la ruta de lo que quiero que es construir un actor profesional, que tenga cosas que decir, honesto con su trabajo, disciplinado, con mucha ética porque amo lo que hago. Mi primer amor ha sido éste, mi profesión”.
Luis Rosales estudió en Casa Azul y danza con Alicia Sánchez, una compañía que combina el teatro con el trabajo corporal muy cercano a la danza. Ya con alguna trayectoria en teatro Luis Rosales empezó en 2008 a hacer cine, lo cual ha sido la mejor experiencia de su carrera.
“En ese año llegó a México una producción de una película inglesa independiente que se titula Canacucho, de Diego Vázquez, donde obtuve un personaje bien bonito. Filmamos en Michoacán mes y medio, me gustó mucho, quedó bien y viajó por muchos festivales en Europa”, expresa Rosales.
El año pasado tuvo la oportunidad de participar en la película From prada to Nada, una producción Hollywoodense que próximamente se estrena en México, donde tuvo la oportunidad de trabajar al lado de actores de la talla como Adriana Barraza.
Luego, después de eso, hice en cine, otra película de Hollywood, Cristiada con Andy García, Eva Longoria y Carolina Santino, que se estrenará en septiembre próximo; igualmente terminó la película Así es la Suerte próxima a estrenarse
Dice Luis Rosales: “no ha estado nada mal, no me puedo quejar. Algo muy importante en mí es mi tenacidad, soy muy terco. Si algo se me mete en la cabeza, lo tengo que lograr, siempre. Si me dicen que no, cómo no, busco la manera, conozco, pregunto, pido, hago, pero lo consigo”.
Sin duda así ha sido, él recuerda que durante sus primeros años en la Ciudad de México, pasó momentos muy difíciles. Uno de ellos fue un fin de semana que descubrió que no tenía dinero ni para ir a la escuela, con una amiga que canta ópera organizó un show para los vagones del Metro.
Los 3 meses que se dedicaron a ello les permitió no solamente obtener dinero, sino descubrir las mejores y más emocionantes respuestas de los pasajeros, que lo mismo les daban 20 ó 50 pesos que les decían “¿qué hacen aquí?, ustedes deberían estar en Bellas Artes”.
La aventura culminó hasta que los vendedores del Metro los persiguieron por la calle para impedirles hacer su trabajo.
En otro momento de su vida, a instancias de un amigo, consiguió trabajo en Estados Unidos. Durante mes y medio más o menos trabajó haciendo limpiezas en casa. “Te pagan hasta 200 dólares por limpiar una casa en 5 horas, yo necesitaba dinero y lo hice, no tengo problema con eso”, recuerda.
Todo esfuerzo tiene su recompensa, hoy Luis Rosales avanza hacia su objetivo. Por ahora tiene que preparar su personaje para la serie de Televisa, La Revolución, a cargo de Mafer Suárez. Además participará en otra serie: El Greco, de Pedro Torres “y estamos preparando una gran sorpresa, que es un proyecto de teatro que voy a dirigir con una amiga, lo haremos por ahí del verano siguiente”, dice.
Además, Luis Rosales ha trabajado para la Compañía Nacional de Teatro y ha participado en montajes para la Universidad nacional Autónoma de México, y ha obtenido la beca del FONCA, lo cual lo coloca como una de los verdaderos valores de los escenarios mexicanos.