viernes, 22 de abril de 2011

Quality Films - Mis recuerdos de Ana

Mis Recuerdos de Anna

Está inspirada libremente en el libro “Memories of Anne Frank: Reflections of a Childhood Friend”, escrito por Alison Leslie Gold, la escritora americana quien recopiló el largo relato de Hanneli Goslar (una de las amigas más cercanas de Anne Frank) cuarenta años después de la Segunda Guerra Mundial. La película relata de cuando se conocieron en Ámsterdam, de sus familias que abandonaron en Alemania, de sus vidas diarias en Ámsterdam, del principio de la leyes anti-judías, de la ocupación de los alemanes, de la desaparición de amigos y familia, de su repentina separación.

Notas del Director
Yo tenía siete u ocho años de edad cuando mis padres me platicaron por primera vez sobre Anne Frank. Acabábamos de regresar a Italia después de que mis padres habían huido en 1936, con mi hermano mayor recién nacido, por la discriminación racial contra la gente judía.

Recuerdo las emociones que sentí al ver Milano con vecindades enteras que habían sido bombardeadas y destruidas. De repente descubrí lo que la guerra significaba porque hasta entonces había vivido en Tánger después de haber huido de Casablanca (donde nací) cuando solo tenía seis meses de edad, después de la derrota de Francia y la introducción de la discriminación racial contra la gente judía también en ese país.

Cuando me contaron la historia de Anne Frank, era como haber revivido parcialmente algo que también había sido mi propia experiencia. Solo entonces me di cuenta de la inmensa tragedia que había afectado a millones de familias; me consideraba extremadamente suertudo porque la previsión de mis padres los había llevado a huir costándoles todo lo que tenían – su hogar, su trabajo, su dinero – y forzando a mi padre a tomar otros trabajos, incluyendo de vendedor viajero de navajas de rasurar Gillette.

Yo creo que tengo una voluntad y deseo inconsciente de narrar lo que sucedió en el mundo a través de imágenes que resaltan en mí de esos momentos. Y ahora, después de muchos años de trabajo y muchos relatos, más que nunca estoy convencido que solo una película distribuida internacionalmente puede satisfacer mi voz interna que siempre me ha urgido a relatar una historia como ésta. La televisión, para la cual he trabajado por mucho tiempo, no puede hacer esto por su contradicción estructural: aunque es la forma visual de comunicación mas extensa en el planeta, también es la más provincial.

La televisión solo se abre hacia el resto del mundo con una película en raras ocasiones y con muchas dificultades.

Pero hay una pregunta preliminar que siento el deber de contestar: ¿Por qué hacer una película sobre Anne Frank ahora? ¿Por qué está bien hacerla?. El tema es muy conocido por todos. Todos en el mundo están enterados del personaje principal. Se han producido películas adicionalmente a obras de teatro y musicales; y tengo la creciente convicción que una simple reconstrucción del evento, de una naturaleza impecable, desde un punto de vista rigurosamente histórico y escénicamente verdadero actualmente solo rendiría una reconstrucción arqueológica de un hecho que es históricamente distante e irrepetible.

Sesenta años después, ese tipo de reconstrucción no puede despertar nada dentro del alma del público. Simplemente estarían anestesiados por una reconstrucción fílmica usual que está rica en significado pero ausente totalmente de dudas, por lo tanto incapaz de dar al público motivos para reflexionar. Porque no plantean preguntas, los personajes no plantean preguntas. ¿Así que por qué lo haría el público?

Nuestra película también será exhibida en el Día International de la Conmemoración del Holocausto. ¿Qué significa este día? No creo que deba significar solamente un día dedicado a recordar el Evento, la Catástrofe, la Tragedia (en mi opinión, no hay términos capaces de describir el significado de esa Cosa). La palabra Shoah carece de significado para aquellos que no hablan Hebreo y la palabra Holocausto no sólo es un término insuficiente, sino que también es algo ambiguo porque contiene un concepto de sacrificio que no tiene nada que ver con una exterminación planeada, organizada y ejecutada sin ninguna intención de auto-sacrificio por parte de las víctimas.

Ninguna madre hubiera querido sacrificar a sus propios hijos, padre, marido, nadie quería sacrificar a su propia familia.

Nuestra película sobre Anne Frank humildemente viaja sobre el mismo esquema que Anne hizo con su diario cuando se preguntó cuál era el sentido de la guerra, cuál era la naturaleza de la humanidad, cómo podía tanta maldad existir y cómo podía todo esto ser compatible con la existencia de Dios.

Anne, hace más de sesenta años, tan solo de trece años de edad, se preguntó las grandes preguntas que por siglos los filósofos, teólogos y científicos se han estado preguntando. Ofrecen una gran variedad de respuestas pero que siempre nos regresan al Dios Supremo y Omnipotente dispensador de premios y castigos, a los principios fundamentales que regulan el comportamiento humano, a aquellos que son los mandamientos fundamentales, aquellos que son (en pocas palabras) identificados en los Diez Mandamientos, aplicándolos a la conciencia mas intima y profunda de los seres humanos o a la idea de que el hombre es malo por naturaleza.

Nuestra película, queramos o no, percibamos o no, está cruzada con el grado más alto imaginable, terrible y representado de la Maldad – y a la vez el más indisolublemente humano. Y como es exactamente con lo que estamos tratando, estamos narrando los eventos de tal comportamiento humano, la historia dramática de Anne Frank y millones como ella que están cruzados con ese actitud humana en particular, así que, ¿por qué no considerarlo el tema principal y prioritario de su transposición en una película? ¿Por qué motivo evitar analizar el tema que es parte intrínseca y organiza de la naturaleza del ser humano? Estas preguntas no pueden ser separadas de nuestra historia porque son nuestra historia.

Debemos olvidar las ideologías y culturas cerradas, dejar atrás la política para entrar en un territorio grandioso e inasible del alma, de los sentimientos. Entonces debemos entrar de puntitas dentro de un territorio donde nadie te pide probar nada, pero solo ser alguien que no le hace a los demás lo que no quieres que te hagan a ti.

El tema era totalmente desconocido hace años. Por lo tanto, la urgencia principal era informar al público del hecho, ciertamente uno extraordinario por sí mismo, de una familia entera que se escondió en el corazón de Ámsterdam por más de dos años. Ese hecho es conocido por todos hoy en día; hoy en día uno debe recordarlo para reflexionar sobre ello.

Hoy en día una película sobre la exterminación no puede limitarse solamente al Nazismo y sus cómplices. Sería una elección restrictiva. Una parcial. No es suficiente para enfrentar el asunto. Solo seria, en el mejor de los casos, excelente arqueología.

Pero esto no fue solo uno de las aspectos que me llevaron a reconsiderar una de las preguntas fundamentales de la producción. Debido a una respuesta condicionada adquirida y nunca cuestionada (sino en dos casos sensacionales, principalmente ‘Life is Beautiful’ y Train de Vie’ ), una película referente a la Tragedia siempre ha sido tratada usando tonos dramáticos, tensos, tristes, violentos y trágicos. El tema es tan trágico y serio que uno enfrenta espontáneamente su producción usando tonos similares.

Al contrario, yo creo que la señal de arranque debe ser una de entretenimiento y el cierre no puede ni debe ciertamente ser uno de tristeza y auto compasión. No. Se deben ajustar cuentas al final, a pesar de todo deben ser concluidas con una sonrisa, con una sonrisa tranquila, una sorprendentemente tranquila, principalmente la del padre, Otto Frank, quien ha perdido a su amada hija, un padre que se da cuenta que lo que su hija escribió y pensó finalmente absorbió millones de seres humanos por doquier a través de los años, tocándolos profundamente, llevándolos a considerar que quizá ese Dios ausente o malo o impotente o inexistente o inescrutable en su infinita bondad ya había dado una respuesta, permitiendo a una joven e inocente muchacha llamada Anne despertar el interés, sorprender y conmover a millones de seres humanos que ciertamente nunca más, por el resto de sus vidas, cometerán atrocidades del tipo cometidos contra su “amiga” Anne.

Quizá ese Dios tan implorado y tan callado, tan deseado y aun así tan ausente, tan maldecido y ofendido, quizá ese Dios en su omnipotencia de soberanía limitada, en tener que vivir con ese regalo que dio a la humanidad llamado “libre voluntad”, quizá ya ha dado una respuesta a aquellos que están dispuestos a escuchar porque esto ha guiado a un número creciente de hombres a entender en una forma irreversible que dentro del hombre en sí, dentro de sus cavidades mas abismales, en sus esquinas más oscuras yace una fuerza oscura e invencible que se llama Conciencia y que tarde o temprano con mas y mas éxito hará su camino hacia la luz hasta finalmente asumir el control absoluto e iniciativa de cada acción humana. Solo entonces, el resultado de una marcha muy lenta e implacable, solo entonces el Mandamiento antiguo que dice “haz a los demás lo que quieras que te hagan a ti” se convertirá en una práctica diaria incontrovertible, concreta y tangible.

Esa es la razón por la cual otra vez tiene sentido hablar sobre Anne Frank y sobre su historia. Porque millones de seres humanos que tienen una Conciencia como su guía pueden convertirse, tan pronto sea posible, en billones y entonces definitivamente acabar con el sueño demente del (Hitler) que dijo: “La Conciencia es un invento judío.

Estoy liberando a la humanidad de los grilletes del alma, del sufrimiento degradante causado por la visión falsa llamada conciencia y ética. A la doctrina cristiana del significado infinito del alma humana individual y de la responsabilidad personal, me opongo a la doctrina salvadora de la nada y la insignificancia del ser humano individual …’

Esta es la película. Una película que enfrenta quizá por primera vez en una forma explícita, temática, estructural y dramatúrgica la pregunta que nos hemos preguntado desde el principio de estas consideraciones: ‘¿Cuál es la razón de toda esta malicia infinita? ¿Y Dios?’

Y la conclusión que se abre al futuro con una sonrisa llena de encanto jovial no puede ser otra más que el padre de Anne, la prueba viviente de que al eliminarla a ella, la “solución final” cometida es el mayor error ya que al hacerlo inevitablemente preparó su propia derrota.

Director: Alberto Negrin
Cast: Rosabell Laurenti Sellers, Emilio Soifrizzi, Moni Ovadia, Szurdi Panna, Jaszberenyi Gabor, Meses Gaspar, Kapriellan Alexa, Szalai Kriszta, Szurdi Miklos, Bakonyl Csilla
Género: Drama-Histórica
Año: 2009
Duración: 100 min.
País: Italia