sábado, 11 de diciembre de 2010

Adriana Barraza y Arnaldo Pipke producirán una serie en Argentina

La nominación al Óscar para Adriana Barraza también
le cambió la vida a Arnaldo Pipke, su esposo


· Actor, productor, profesor y manager de la actriz
· Bienes raíces y Eva Luna, sus recientes participaciones
· Ambos planean producir una serie al estilo de Un día una carta

Cuando le preguntan sobre su trayectoria profesional, Arnaldo Pipke juega con las palabras y dice, un poco en broma, un mucho en serio: “durante muchos años trabajé para comer e hice teatro para vivir”. Lo explica así, porque actuar es la labor que realiza únicamente guiado por el deseo de expresar su más profunda vocación y al final terminó entregado a ella sin reservas.

Productor, actor, maestro de actuación, escenógrafo, vestuarista y manager, Arnaldo Pipke es todo esto, y todo lo ha aprendido a partir de que hace 25 años se subió por primera vez a un escenario “y para curiosidades de mí mismo me dije: éste es mi lugar, aquí pertenezco”, rememora en entrevista desde Guadalajara, donde acompaña a su esposa, la actriz Adriana Barraza quien esta filmando Mariachi Gringo.

Pipke actualmente actúa en la telenovela Eva Luna, melodrama realizado por Venevisión-Univisión, y antes de éste participó en Sacrificio de mujer y tuvo también una participación en la serie producida por Canal Once, Bienes raíces. A propósito de estas colaboraciones, y los giros que ha tomado su carrera Arnaldo Pipke realiza un recuento.

“Siempre cuento –dice-- que durante muchos años trabajé para comer e hice teatro para vivir. Yo durante muchos años fui técnico textil, de eso me recibí y tuve un taller de jeans muy grande en Buenos Aires.

“Pero siempre tuve el bichito de la actuación, llegué a ella como una cosa de casualidad por un gran amigo mío, Rodolfo Lemmy, que me arrima a una escuela de teatro donde él daba clases, la escuela del maestro Raúl Mereñuk”.

El actor recuerda que a pesar de su curiosidad por el escenario, no fue sino a insistencia del maestro que ingresó a La Escuela de Teatro El Árbol en Argentina. En ella se encontraba tomando un taller, cuando le pidieron hacer el reemplazo de unos actores en el montaje Jacques y su amo, de Milán Kundera. “Ahí sí, te confieso que cuando me subí dije: de acá no me bajo más”.

Y es que para este actor, el escenario “nos da la posibilidad de expresarnos, de jugar, de aprender de la condición humana. El escenario tiene magia pero a la vez es la vida misma la que pasa sobre él, es una posibilidad de conocer al ser humano y su esencia, su necesidad, su mezquindad y su bondad, como nos enseña Shakespeare”, explica.

Arnaldo Pipke es actor, pero por momentos dice no serlo; por ejemplo, cuando ve a un colega que hace mal su trabajo dice: “si esa persona dice que es actor, entonces yo no lo soy”.

“Yo llegué a la actuación de viejo. Lo digo en referencia a otra gente que tuvo la fortuna de tener una carrera de más joven. Yo me considero actor cuando comienzo a vivir de la actuación y esto sucede cuando me voy a México”.

“Dejé Argentina y en México un amigo de mi esposa, Coco Levy, nos brindó un lugar en su escuela para dar clases y ahí empiezo a dar clases con Adriana. Entre los dos nos complementamos también en cuanto a programas de estudio de la actuación”.

Aquí empieza lo que él considera una carrera en otros ámbitos internacionales, no solo con las clases sino con su participación en las telenovelas y series ya mencionadas, así como un videoclip del grupo Maná: Mariposa traicionera de 2003.

“¿Qué es la vida sino un permanente desafío –se pregunta—?, ¿cuántas personas pasan por la vida porque pasan nada más? No se trata de que todos seamos un Einstein, pero sí de dejar algo para otros, y aquí quiero ser claro, eso de que hablen de ti aunque sea mal, conmigo no aplica”.


En este ámbito Arnaldo Pipke, conocido también como Moky, produjo con su esposa y Carolina Valsagna (Glamery Producciones) la serie Un día una carta, producto de 12 capítulos con dos historias en cada uno, cuya narración se desencadena con la llegada de una carta.

“Ahora estamos estudiando la posibilidad de hacer otras cosas un tanto parecidas, también con Carolina, la hija de Adriana, estamos analizando posibilidades. Por ahora no se puede decir nada porque, como dicen en México, del plato a la boca se cae la sopa”.

Lo que sin lugar a dudas sucedió en la vida de Arnaldo Pipke a partir de 2007 fue un giro de tuerca cuando su esposa, la primera actriz Adriana Barraza fue nominada al Óscar por su actuación en la cinta Babel. Explica: “Ahí se me abren un montón de puertas. Me dicen: ¿te cambió la vida estar al lado de una mujer nominada al Óscar?, sería un mentiroso si te digo que no”.

“Así que con eso, ambos decidimos que yo me hiciera cargo de su manejo profesional, porque las cosas en casa se cuidan mejor que afuera”.

A pregunta expresa sobre la relación profesional de ambos actores Barraza-Pipke, el actor y productor señala: “Nos conocemos con Adriana mucho antes de esto, pasamos muchas cosas juntos, vivimos muchas cosas juntos antes de una nominación al Óscar, y nos sustenta el amor.

“Estoy al lado de una mujer a la que amo, defiendo los intereses de ella, y aunque habría que preguntarle a ella, qué piensa de esto, sé que está muy confiada de los resultados profesionales que hemos conseguido”.

Pipke, quien cuenta la mitad de su vida en el mundo de la actuación remata con una licencia del verso de su compatriota Jorge Luis Borges, pues dice “sé que puede llegar a ser difícil compartiendo la misma profesión estar con una persona que tiene ese éxito, pero como escribió Borges: Nos une el amor, no nos une el espanto, ¿será por eso que te quiero tanto?”