martes, 12 de octubre de 2010

Corazon Films - Pelicula 'Madre e Hija'

MADRE e HIJA
(Mother and Child)

Del escritor-director Rodrigo García (Nine Lives) y el productor ejecutivo Alejandro González Iñarritu (Babel) llega la conmovedora historia de tres mujeres (Annette Bening, Naomi Watts y Kerry Washington) y el poder del inquebrantable lazo entre una madre y su hijo. Producida por Lisa Falcone y Julie Lynn, MADRE E HIJA también cuenta con las actuaciones de Samuel L. Jackson, Jimmy Smits, Shareeka Epps,
Cherry Jones y S. Epatha Merkerson.

TESTIMONIO DEL DIRECTOR

Al principio no existía una trama, sólo una vaga idea acerca de dos extraños quienes añoraban estar el uno con el otro, y de cómo ese deseo acaba por moldear sus psiques. Debía ser, si corríamos con suerte, un retrato de sentimientos complejos y los destinos entrelazados de dos mujeres, y al final tres. No tengo la menor idea desde qué órgano de mi cuerpo se generó todo esto, de hecho creo que no hay nada de mí en la historia. (Es muy posible que haya surgido del miedo que cada padre alberga de ser separado de sus hijos por el tiempo o por una enfermedad o un accidente, o por malentendido o por romper alguna ley—pero creo que ningún padre que esté en sus casillas será muy vocal acera de este gran temor). Esto me quedó clarísimo desde el comienzo: yo iba poder volar tan lejos como las alas de los actores me lo permitieran.

Yo no sé como trabajan los actores Nunca fui actor (a excepción de un par de obras teatrales en la escuela) ni tampoco he estudiado actuación.
Sólo tengo la vaga idea de un soñador, del tipo de cosas que los actores deben hacer para desarrollar sus papeles, las conversaciones que deben entablar con ellos mismos, las desconcertantes realizaciones que deben descubrir mientras buscan encontrarse en el alma de un personaje. No puede haber nada en la naturaleza humana que ellos desconozcan.

Annette Bening habla del guión, de las repercusiones de cualquier acción, de las raíces de cualquier emoción, con una autoridad y lucidez que es algo fascinante el estar en el foro de filmación aprendiendo cosas nuevas acerca de los personajes que yo creí había escrito. Esta es una parte asombrosa del proceso: el descubrir cómo se mueve Karen y observar cómo se viste y habla y ríe. Wow, mira eso, Karen está allá, está aquí, ahora. ¿Dónde encontró tiempo Annette para hacer todo esto? Ella está criando a cuatro hijos y tiene una carrera en el teatro y se encuentra desarrollando otros proyectos para el cine y tiene hermanos y padres y un esposo con una gran carrera quien se encuentra trabajando en la mesa directiva de la Academia y se encuentra planeando un viaje a Irán. Y ella también debe necesitar tiempo para dedicarle a Annette, para estar con Annette en las habitaciones que nunca se abrirán a nadie más que no sea Annette. (Edith Wharton llamó a estas habitaciones “lo más sagrado de lo sagrado”. ¿Tal vez a Karen se le permitió visitar?) ¿Estaba Annette pensando en Karen mientras se cepillaba el pelo, apagando las luces, recogiendo un zapato, secándose las lágrimas?

Durante la filmación te pregunté, Annette, si posteriormente, meses después, me podrías explicar como llegaste hasta Karen. Ahora ya no quiero saber. No me digas como dibujaste los mapas en ese viaje tan preciso y conmovedor para llegar a los sentimientos de Karen, cómo lograste un entendimiento tan compasivo de su
carácter espinoso y su frustración. Por favor nunca me enseñes el compartimiento en donde se esconde el conejo.

Nos encontramos en la casa de la mamá de la amiga de una amiga en Nueva York, meses antes de comenzar la fotografía principal, filmando una toma de Elizabeth observando la panza expectante de Naomi Watts. Sólo conocí a Naomi en una ocasión, en una cena. Ahora llega en todo su embarazado esplendor y al parecer muy cómoda con ella misma. Pronto descubro que ella posee un encantador y picoso sentido del humor y que ella se siente igual de bien en una charla con chicas que en una con hombres. Charlamos un poco entre movimientos de luces acerca de Elizabeth, pero cuando siento que me está escuchando con demasiada atención, me pongo incómodo y me dedico a escucharla a
ella. No hay nada peor que actores actuando con la voz del director en sus cabezas. Pero mis miedos no están justificados. Esto se me aclara medio año después, la producción ya en transcurso, y Naomi ya ha creado a su propia Elizabeth. Yo no le pregunto quién es ella.

Yo observo como Elizabeth aparece frente a mis ojos, moviéndose en su mundo con una autonomía salvaje, con mucha disciplina y gran ambición, así como también miedo y una disfrazada fragilidad. Tu Elizabeth, Naomi, peligrosa y desgarradora, es absolutamente encantadora para mí. La descubriste de pies a cabeza. (Si existe trepidación, y siempre la hay de sobra en artistas de este calibre, no la puedo ver). El papel es muy demandante físicamente e involucra desnudez y estallidos emocionales, y los días son muy largos. Naomi es graciosa y nos hace reír a todos.
Cuida a un bebé de seis semanas así como a un niño de dos años. Confiesa que ya comienza a soñar con un tercero.

Después de filmar las tomas de la panza en Nueva York, la dueña de la casa me preguntó acerca del trama de la película. “Yo también nací cuando mi madre tenía catorce años”, ella dice, “y ella mi dio en adopción. Cuando crecí la busqué, pero ella ya había muerto”. Naomi la escucha en silencio, sus emociones controladas. Al igual que en el caso de Annette, los lazos de Naomi con el corazón de Elizabeth son un misterio para mí. Un misterio como una droga.

Yo quiero ser Kerry Washington durante veinticuatro horas pero no veinticinco. A las veinticinco hora mis llantas se romperían: una carrera en el cine muy variada, contenido político (¡una incansable controversista!), trabajadora social, amiga de los líderes del mundo, interesada en prácticamente todo, dirigir, hacer patrocinios, viajar, una persona que adora divertirse y que se encuentra muy en paz con ella misma. Esto es más peso de lo que incluso un hombre de mi complexión podría soportar.

Kerry carga con todo esto sin siquiera inmutarse, y al mismo tiempo
haciendo el demandante labor del artista. ¿En qué vuelo, en qué cuarto de hotel, antes de aparecer en qué programa de televisión, entre los ensayos de qué obra soñaste con Lucy? Tú me enseñaste que Lucy era una pequeña burguesa y una perfeccionista, que su desesperación podría ser graciosa y sus miedos al fracaso y su dolor, profundos. Después de un largo y arduo camino, su feliz destino es, gracias a ti Ferry, completamente merecido y muy satisfactorio para mí.